30 de junio, 2024

El capitalismo es autodestructivo y el trabajo académico de Philip Pilkington nos ayuda a entenderlo. Este video resumen te puede ayudar:

El artículo sostiene que existe una contradicción inherente al capitalismo que, en última instancia, conducirá a su caída. Esta contradicción es la “tendencia a caer de la tasa de población”, lo que significa que a medida que las sociedades se vuelven más ricas, sus tasas de natalidad disminuyen. 

Esta disminución de las tasas de natalidad conduce a un envejecimiento de la población y a una fuerza laboral más pequeña, lo que a su vez desacelera el crecimiento económico.

El artículo presenta una serie de argumentos y pruebas para respaldar esta afirmación, que incluyen:

Un análisis de regresión de datos de 43 países durante un período de 50 años, muestra una clara correlación negativa entre el PIB per cápita y la tasa total de fertilidad (TGF).

Los datos regionales revelan que esta tendencia se mantiene en diferentes regiones del mundo, con la excepción de algunos países con grandes comunidades religiosas tradicionales.

Los datos sobre tendencias intranacionales muestran que dentro de cualquier país existe un vínculo entre riqueza y fertilidad, y que los grupos de menores ingresos se reproducen a un ritmo mucho más rápido que los grupos de mayores ingresos.

Luego, el artículo analiza las limitaciones de la inmigración como solución al problema del declive demográfico. Si bien la inmigración puede ayudar a evitar el descenso absoluto de la población, no resuelve el problema del envejecimiento de la población.

Finalmente, el artículo concluye argumentando que, a menos que se rompa de alguna manera la relación negativa entre la acumulación de riqueza y la disminución de las tasas de fertilidad, el capitalismo terminará socavándose a sí mismo.

Estas son algunas de las conclusiones clave del artículo:

    • Existe una fuerte correlación negativa entre riqueza y fertilidad.
    • Esta tendencia podría conducir a un crecimiento económico más lento e incluso al colapso social en el largo plazo.
    • La inmigración no es una solución sostenible al problema del declive demográfico.
    • En última instancia, el capitalismo puede ser autodestructivo a menos que se revierta esta tendencia.

Philip Pilkington analiza la contradicción pasada por alto dentro del capitalismo que vincula la acumulación de riqueza y el declive demográfico. Profundiza en la teoría de la plusvalía de Karl Marx y la tendencia a caer de la tasa de ganancia, que Marx creía que conduciría a la autodestrucción del capitalismo. Pilkington sostiene que si bien la predicción de Marx no se materializó debido a una mala comprensión del valor económico, existen desafíos fundamentales dentro del capitalismo que podrían socavarlo.

Introduce la “tendencia a caer de la tasa de población”, destacando la correlación entre el aumento de la riqueza en las sociedades y la disminución de las tasas de natalidad. Pilkington explica cómo a medida que las economías se desarrollan, factores como la industrialización, la menor necesidad de niños trabajando y los valores sociales cambiantes contribuyen a la disminución de las tasas de fertilidad. Destaca que esta tendencia demográfica plantea desafíos económicos, particularmente para sostener el crecimiento, ya que una fuerza laboral cada vez menor limita la producción económica.

Pilkington respalda su argumento con datos empíricos que demuestran cómo la acumulación de riqueza se correlaciona con la disminución de las tasas de natalidad en diferentes regiones. Analiza varias regiones a nivel mundial, mostrando excepciones como los países ex comunistas e Israel, donde factores socioeconómicos únicos contribuyen a diferentes tendencias demográficas.

El análisis regional revela que el rápido crecimiento económico, incluso en países relativamente pobres, puede conducir a una disminución de las tasas de natalidad. Además, Pilkington sugiere que las prácticas religiosas tradicionales, como se observan en ciertos países musulmanes e Israel, ayudan a mantener tasas de natalidad más altas en las sociedades desarrolladas.

En resumen, Pilkington sostiene que la acumulación desenfrenada de riqueza del capitalismo impulsa inadvertidamente el declive demográfico, lo que plantea importantes desafíos económicos y políticos, que potencialmente desestabilizan el sistema capitalista. Subraya la importancia de comprender la interacción entre la acumulación de riqueza, los factores socioeconómicos y las tendencias demográficas dentro del contexto del capitalismo.

El pasaje analiza la intrincada relación entre el desarrollo económico, las tendencias demográficas y los factores culturales dentro de los Estados Unidos y a escala global. He aquí un resumen de los puntos clave:

Riqueza y tasas de natalidad: la relación entre la acumulación de riqueza y las tasas de natalidad entre países y regiones es negativa. Sin embargo, dentro de países específicos como Estados Unidos, si bien no existe un vínculo significativo entre la riqueza regional y las tasas de fertilidad, existe una clara asociación entre los grupos de ingresos y las tasas de natalidad. Los grupos de menores ingresos tienden a tener tasas de natalidad más altas en comparación con los grupos de mayores ingresos.

Religión y fertilidad: las afiliaciones culturales y religiosas desempeñan un papel importante en las tasas de fertilidad. Los grupos religiosos tradicionalistas, como los judíos ortodoxos, los mormones y ciertas sectas como los amish, tienen tasas de natalidad muy por encima de los niveles de reemplazo, mientras que los grupos religiosos más grandes en Estados Unidos tienen tasas de fertilidad ligeramente por debajo de los niveles de reemplazo. Los datos sugieren que los grupos religiosos con mayores capacidades reproductivas pueden eventualmente reemplazar a aquellos con tasas de fertilidad más bajas.

Perspectiva antimalthusiana: el ensayo contrasta la comprensión actual de la demografía con las teorías de Thomas Malthus. Si bien Malthus enfatizó los límites económicos al crecimiento de la población, los datos contemporáneos sugieren una tendencia diferente. Históricamente, el capitalismo ha mejorado los niveles de vida y la producción de alimentos, contrarrestando las preocupaciones malthusianas sobre la superpoblación.

Capitalismo y tendencias demográficas: Se analiza el efecto del capitalismo en la demografía, destacando que a medida que los países alcanzan mayores ingresos per cápita (normalmente por encima de $20.000 a $36.000), las tasas de fertilidad disminuyen. Esto sugiere que el capitalismo mismo conduce a una disminución de las tasas de natalidad, lo que plantea desafíos para el crecimiento económico debido al envejecimiento de la población.

Inestabilidad, inmigración y soluciones: el ensayo sostiene que el declive demográfico debido al capitalismo es inevitable y plantea desafíos para la futura estabilidad económica y social. Si bien la inmigración puede mitigar la disminución de la población, no resuelve los problemas del envejecimiento de la población. Podría ser necesaria la intervención gubernamental o políticas pronatalistas para fomentar tasas de natalidad más altas. Sin embargo, es posible que estas medidas sólo contrarresten temporalmente la caída, pero no alteren fundamentalmente la trayectoria demográfica.

Renacimiento religioso como solución: Se propone un renacimiento religioso como una solución potencial, ya que los grupos religiosos tienden a tener tasas de natalidad más altas. Esto podría contrarrestar el impacto de la disminución de las tasas de fertilidad como resultado de la acumulación capitalista.

En esencia, el ensayo explora la interacción entre factores económicos, culturales y religiosos en la configuración de las tendencias demográficas, cuestionando si las tendencias inherentes del actual sistema capitalista hacia la disminución de las tasas de natalidad podrían en última instancia desafiar su sostenibilidad.

Y AHORA DÓNDE VAMOS

Yanis Varoufakis presenta un argumento convincente sobre la evolución del capitalismo hacia lo que denominan “tecnofeudalismo”. Destacan cómo el capitalismo, impulsado por las ganancias y la explotación del mercado, se ha transformado debido a la dependencia de constantes inyecciones de dinero de los bancos centrales desde la crisis financiera de 2008.

Esta dependencia ha reemplazado la necesidad de ganancias privadas y ha transferido el poder a manos de plataformas digitales, creando feudos digitales donde unas pocas entidades controlan vastos aspectos de la vida y la economía.

El paso de la explotación basada en el mercado al dinero del banco central como fuerza impulsora, combinado con el alcance expansivo de plataformas digitales como Facebook y Google, conduce a un escenario en el que las políticas fiscales y monetarias tradicionales son ineficaces. Los gobiernos y las instituciones dependen en gran medida de estos feudos digitales, lo que limita su capacidad para redistribuir la riqueza o realizar cambios políticos significativos.

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